Declaración Final de la Cumbre de los Pueblos por la articulación social de nuestra América
Lima, Perú, 10 al 14 de abril de 2018
Mientras la Cumbre de las Américas, cuyo tema central fue la lucha contra la corrupción, se realizaba -paradójicamente- con varios gobiernos participantes involucrados en denuncias de corrupción y la ausencia del presidente norteamericano por primera vez en la historia de estas cumbres, la Cumbre de los Pueblos fue un espacio de amplio debate y participación de todos los países de Latinoamérica y el Caribe.
Aquí reproducimos algunos párrafos de la Declaración Final de la Cumbre de los pueblos:
«En Perú se han dado cita en el marco de la VIII Cumbre de las Américas la expresión de esas fuerzas neoconservadoras que tratan de recuperar hegemonía, cumbre ilegítima que no es la expresión de la ciudadanía latinoamericana y caribeña. Vienen a hablar de gobernabilidad y corrupción en un país en el que todos los presidentes peruanos de los últimos 30 años tienen cuentas pendientes con la justicia por crímenes cometidos desde el poder. Quieren continuar con sus políticas corruptas ahora impulsando las Asociaciones Público-Privadas para seguir sus negociados oscuros.»
Y continúa: «los aires neoliberales vuelven a soplar fuerte en el continente, las políticas para avanzar en la precarización y desregulación del empleo se generalizan, avanzan en desmantelar los regímenes públicos de pensiones, promueven políticas de austeridad dirigidas a desmantelar programas de protección social, se reaniman las negociaciones para nuevos Tratados de Libre Comercio (TLCs).»
Para definir luego la la agenda de resistencia continental contra el neoliberalismo:
– Llamamos a enfrentar la arremetida contra las condiciones y derechos laborales de la clase trabajadora en el continente, rechazamos las políticas neoliberales que promueven precarización y desregulación laboral, exigimos trabajo digno/decente.
– Nos oponemos a las medidas de austeridad neoliberal orientadas a reducir la inversión pública en programas de asistencia y de protección social.
– Rechazamos las pretensiones de privatizar los regímenes de jubilaciones públicos para entregarle los recursos de millones de trabajadores y trabajadoras a los intereses privados corporativos.
– Seguimos rechazando los Tratados de Libre Comercio y los Tratados de Protección de Inversiones, que son instrumentos a favor del poder corporativo transnacional y en contra de nuestros pueblos.
– El derecho a la tierra sigue siendo hoy más que nunca el derecho inalienable de nuestros pueblos originarios y campesinos/as, la tierra debe ser para quien la trabaja.
– Condenamos la violencia machista y la lógica de la impunidad con los feminicidios que peligrosamente se convierten en una práctica generalizada en nuestro continente. En nuestra agenda colocamos con prioridad la lucha por la igualdad de género. Sin igualdad de salarios para las mujeres, sin paridad en la participación política, sin igualdad de acceso a empleos dignos, sin respeto a sus derechos sexuales y reproductivos, no tendremos sociedades ni igualitarias, ni democráticas, ni inclusivas.
– Condenamos la criminalización de la protesta social que se ha convertido en la acción generalizada en nuestros países, ocasionando decenas de víctimas de activistas sociales.
– Seguimos luchando contra la lógica extractivista de nuestras economías y por modificar la matriz productiva de nuestros países.
– Llamamos a enfrentar el fortalecimiento del fundamentalismo religioso que en alianza con el capital pretende volver al oscurantismo a nuestra América.
– Rechazamos la utilización de los sistemas de justicia como instrumentos de persecución política contra líderes progresistas de América Latina.
Manifestamos nuestra inquebrantable solidaridad con el compañero Presidente Luis Ignacio Lula da Silva, quien enfrenta hoy a todo el aparato de la judicialización de la política y el odio de las élites brasileñas, por ser el referente de los oprimidos y excluidos.
Comments