La pandemia del COVID-19, iniciada a comienzos del año 2020, trajo como una de sus principales consecuencias una profundización de las desigualdades estructurales, sociales y de género a nivel global. Particularmente en América Latina, la pandemia agravó la crisis económica, social y ambiental preexistente, produciendo en la región la peor contracción económica y social de las últimas décadas. Las dimensiones del impacto se pueden identificar mayormente si analizamos las variables de clase y género. Esto se expresa en fenómenos tales como el endeudamiento para pagar servicios o comprar productos de primera necesidad de los sectores populares en general y particularmente de las mujeres. Este contexto de crisis provoca la puesta en riesgo de la sostenibilidad de la vida, porque, entre otras cosas, dificulta el acceso de gran parte de la población a necesidades básicas como la alimentación, el cuidado y la salud.
Fortaleciendo redes para sostener la vida
Actualizado: 3 abr 2023
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