Por Mariana Iturriza
La Red de Género y Comercio en el 14° EFLAC, Montevideo.
Escuché por primera vez ese grito agudo, ulular, en la película La batalla de Argelia, de gillo Pontecorvo: las mujeres argelinas lo utilizaban para advertirse unas a otras que los militares franceses habían entrado a su barrio.
Escucharlo en vivo y en directo por miles de mujeres a la vez te pone la piel de gallina.
Así comenzó el 14 EFLAC (Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe), en Montevideo. Y siguieron asambleas, talleres, mucho compartir en sororidad para todos los gustos.
En lo que se refiere a desigualdades e injusticias, la que se ejerce desde la economía a través de múltiples formas, es una de las más violentas. Un grupo de mujeres investigadoras, sindicalistas, periodistas, viene investigando desde hace años lo que llamaron “las tramas económico-financieras de las violencias contra las mujeres”. Y ese fue el título del taller que dieron juntas Ni una menos, la Secretaría de Género de la CTA, La Articulaçao de Mulheres Brasileiras y la Red de Género y Comercio.
Graciela Rodríguez: Este modelo económico ha provocado todo tipo de violencias contra las mujeres, como los femicidios en serie que comenzaron en Ciudad Juárez
Graciela Rodríguez, de la RGC y AMB, advirtió que estamos ante una ofensiva neoliberal conservadora a nivel global; nos encontramos en un momento de enorme poder de las transnacionales, al punto tal que los capitales están cooptando los estados nacionales.
A este proceso de globalización se suma un nuevo salto tecnológico, fuerte, grave, que trae enormes consecuencias. Una de ellas es que se está prescindiendo de lxs trabajadorxs. Según un informe de la OIT, pronto tendremos apenas un 20% de lxs trabajadorxs formalizados.
“En ese contexto, -explicó Graciela- el feminismo se torna una fuerza mucho más poderosa de lo que era, por su enorme capacidad libertaria. Si logramos recuperar el trabajo humano, el trabajo doméstico, si logramos superar la división sexual del trabajo que nos destruyó la vida armoniosa, creo que caminaríamos en buen sentido. Apuesto al feminismo más libertario.”
Graciela Rodríguez se refirió también al fenómeno de la globalización y las grandes empresas transnacionales que se instalan en países como México con las llamadas maquilas y, para satisfacer sus necesidades de mano de obra barata, extraen a las mujeres de su lugar, destrozando el tejido social y el entorno comunitario. “Esto ha provocado todo tipo de violencias contra las mujeres, como los femicidios en serie, que comenzaron en Ciudad Juárez: porque este modelo económico apunta a la construcción de las subjetividades de las personas, a romper las redes de solidaridad o el apoyo.”
“Por eso tenemos que armar el rompecabezas de todas estas tramas. La alfabetización económica es fundamental. Y la realidad está ayudando a juntarlas: la reunión de la OMC en diciembre y del G20 no se hacen por casualidad en América Latina. Es el continente más movilizado contra las potencias. Hay un movimiento social que tiene fuerza: inventamos cosas como el paro de mujeres. Hay mucha capacidad de crear respuestas, resistencias, modelos alternativos. Todo esto es muy nuevo y provocante, alterador. Por eso hay una necesidad de doblegar a los movimientos sociales de América Latina y esto lo tenemos que usar como un marco propicio para que se vea esta complejidad.”
Estela Díaz: «El Paro de las mujeres es una posibilidad de poner en revulsión el concepto de trabajo. El fin del trabajo es un mito. Porque en realidad el tema es a qué se considera trabajo».
Estela Díaz, de la Secretaría de Género de la CTA, describió el panorama de las nuevas amenazas a nuestras democracias, comenzando por Brasil, Paraguay, Honduras, pero que se replican en todo el continente e incluyen recortes de derechos y fuertes violencias, además de reformas laborales, previsionales y tributarias. Y en este sistema, los medios de comunicación constituyen un factor fuerte en la lectura de las realidades
“El problema de la democracia con la crisis financiera vuelve a ser prioritario para las agendas feministas, de los movimientos populares y del sindicalismo. En estos últimos años, y el paro de mujeres es una muestra de ello, el feminismo ha tenido un papel clave en esto de vincular la violencia de género con la discusión de la desigualdad. Tenemos un sistema que profundiza las desigualdades y donde las transnacionales tienen mucho más poder que los estados.”
“Silvia Federicci habla de la caza de brujas en el proceso de acumulación originaria del capital; hay que pensar en nuestras economías, cómo juega la violencia de género en esta nueva forma de acumulación de capital. Y esa violencia, que no es solo de los estados, sino una violencia capilar, que donde más nos golpea a nosotras es en las relaciones interpersonales”.
“La disputa económica tiene como parte de esa disputa, una de sentidos; y eso nos puede llevar a pensar cómo se dio un retroceso tan rápido en materia de derechos adquiridos en muchos de nuestros países.”
“El movimiento de mujeres en esta disputa de sentidos, al ser antipatriarcal, hace un profundo cuestionamiento a las estructuras económicas. La reflexión sobre la división sexual del trabajo, que es una base de las históricas desigualdades, ha permitido niveles de movilización, de articulación. El Paro de las mujeres es una posibilidad de poner en revulsión el concepto de trabajo. El fin del trabajo es un mito. Porque en realidad el tema es a qué se considera trabajo. No es que haya menos trabajo en nuestras sociedades. El problema es qué trabajo. Estas son las discusiones que tenemos por delante en estas articulaciones”.
“¿Qué países son los que vienen resistiendo los ataques más feroces y violentos del liberalismo? Son países que hicieron nuevas constituciones. Hay un concepto que se trabajó en las constituciones de Bolivia, Venezuela y Ecuador que fue la descolonialización y la despatriarcalización. Ahí hay un camino en el papel del feminismo y la articulación con el sindicalismo que debe llevarse a una articulación internacional.
Verónica Gago: «la mayoría de las endeudadas son mujeres»
Para Verónica Gago, de Ni una menos, el Paro del 8 de marzo fue todo un desafío. Y es un desafío volver a realizarlo. El paro es una herramienta “que nos permite hacer la pregunta de qué es el trabajo hoy y qué significa parar en las situaciones tan diversas en que estamos cada una. El barrio, la universidad, en un centro comunitario, sindicato o las compañeras de la economía informal. Cómo se para una casa. El desafío del feminismo es pensar la estrategia organizativa. Conectar ese momento de la calle con esa construcción de poder.”
“Y hay un tema que nos interesa, que es el de las finanzas. Vemos cómo las finanzas, en Argentina por ejemplo, por medio del endeudamiento masivo y popular, están proponiendo una salida de la crisis de manera individual, privada, mientras se da una precarización compulsiva. Los últimos estudios indican que hoy los créditos se están tomando para pagar alquiler, servicios, y alimentos. Es el mando de las finanzas sobre la vida social y sobre las economías no asalariadas. Ahí a nosotras nos interesa pensar la desobediencia de la deuda. La desobediencia al control de las finanzas, porque la mayoría de las endeudadas son mujeres. Las que se encargan de la economía doméstica, de hacer malabares para llegar a fin de mes. Y en eso las finanzas son muy astutas: ponen a las mujeres como el sujeto moralmente más responsable. Mejores pagadoras, con lo que implica eso de explotación de la red social de las propias mujeres.”
El taller continuó con intercambios de experiencias sobre el Paro del 8M y la participación de mujeres brasileñas, chilenas, uruguayas, argentinas. Así nos enteramos de la cantidad de puestos de trabajo que se perdieron en Brasil con la reforma laboral, las formas de la violencia contra las mujeres que crecen cada día (encarcelamiento, genocidio de jóvenes negras) o que en Chile, por ejemplo, una reconocida marca de ropa se apropió del slogan de “Ni una menos” y estampó remeras que regaló para el 8 de marzo, intentando neutralizar y banalizar de esta manera la capacidad combatividad de esa frase.
コメント